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El Neurodesarrollo es el conjunto de cambios que experimenta el sistema nervioso de una persona durante toda la vida y que da lugar a la adquisición de habilidades cognitivas cada vez más complejas y funcionales.
Según la Organización Mundial de la Salud los trastornos del Neurodesarrollo son alteraciones conductuales y cognitivas que surgen durante el periodo del neurodesarrollo de la persona y que dan lugar a dificultades considerables en la adquisición y ejecución de funciones intelectuales, motoras o sociales específicas.
Existen diversos factores pueden afectar el desarrollo normal del cerebro, aunque en muchos casos la etiología es desconocida.
Las causas de estas alteraciones pueden ser:
Afectan al 15-20% de la población infantil, por lo que constituyen un motivo de consulta frecuente en la niñez y la adolescencia.
La falta de detección, diagnóstico y tratamiento conlleva secuelas subdiagnosticadas durante la vida adulta, con pérdida de oportunidades para desarrollar todo el potencial del individuo en su vida personal, familiar y laboral.
Se diagnostica un Trastorno del Desarrollo Intelectual cuando se detectan déficits en el funcionamiento intelectual como puede ser el razonamiento, la capacidad para la solución de problemas, la planificación, el pensamiento abstracto, la toma de decisiones, el aprendizaje académico o los aprendizajes conseguidos por la propia experiencia. Este diagnóstico debe hacerse a través evaluaciones clínicas y por profesionales sanitarios.
Los niveles de gravedad vienen marcados por el Coeficiente Intelectual (CI) de la persona, medido con pruebas estandarizadas y baremadas con un alto índice de fiabilidad.
Se distinguen cuatro niveles de afectación:
Los trastornos de la comunicación hacen referencia a las deficiencias del lenguaje, el habla y la comunicación que no pueden atribuirse a un déficit auditivo o sensorial, disfunción motora u otras afecciones médicas o neurológicas, discapacidad intelectual o retraso global del desarrollo.
Tipos:
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno con mucha variabilidad (de ahí la denominación de “espectro autista”).
Existen diferentes manifestaciones en función del género, de la edad y del nivel de afectación pero con 3 ejes comunes (tríada autista):
El nivel de afectación en el TEA está determinado por el grado de necesidad de apoyos para el funcionamiento personal:
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes de la niñez. Habitualmente su diagnóstico se realiza en la niñez pero también se puede diagnosticar durante la edad adulta. Los niños con TDAH pueden tener problemas para prestar atención, controlar conductas impulsivas (pueden actuar sin pensar cuál será el resultado) o ser excesivamente activos.
Se diagnostica TDAH cuando se evidencia la presencia de un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad/impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo personal del individuo.
Tipos:
Niveles de afectación:
Los trastornos motores son padecimientos neurológicos complejos que provocan movimientos involuntarios o anormales , o afectan la capacidad de controlar el movimiento.
La mayoría de los trastornos motores no tienen cura, pero podemos tratar los síntomas para mejorar su calidad de vida.
Existen tres trastornos motores:
Según la Organización Mundial de la Salud los Trastornos del Aprendizaje (TA) son trastornos del desarrollo infantil que se manifiestan principalmente por las dificultades para aprender. Están vinculados necesariamente al contexto escolar, sociocultural y familiar en el que se presentan y constituyen motivos de consulta frecuente.
Tipos:
Niveles de gravedad:
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